sábado, 19 de octubre de 2013

Luna y Agricultura (Segunda Parte)


INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN EL MOVIMIENTO DE LA SAVIA EN LAS PLANTAS

Fue durante la convivencia por más de seis años en las antiguas colonias de agricultores de origen europeo (franceses, alemanes e italianos) en el cono sur del brasil, con las que tuve oportunidad de escuchar, observar, respetar, aprender y experimentar la práctica que los agricultores tienen en lo relacionado con la influencia que la luna ejerce sobre el crecimiento y el desarrollo de las plantas. en la práctica con ellos, aprendí a destacar épocas específicas del año y fases lunares para podar los pomares, cortar maderas, sembrar, cosechar y guardar la producción. por ejemplo, aprendí que el éxito de las actividades de la poda de los duraznos, el arreglo de las parras y el corte de los árboles maderables, estaban limitadas casi que exclusivamente a los cuatro meses del año que se escriben sin la letra "r" como son los meses de mayo, junio, julio y agosto. a la vez estas actividades había que limitarlas a las diferentes fases lunares. pues de lo contrario, experiencias de podas y cortes de madera fuera de éstas épocas arrojarían resultados nada gratificantes para los campesinos. siendo los frutales débiles con poca producción de frutos y pequeños, las maderas más livianas, predispuestas a rajarse y a convertirse en un excelente y atractivo plato para ser consumido por los comejenes. Una explicación: por ejemplo, cuando cortábamos las maderas para las construcciones en la fase de cuarto creciente hacia luna llena, las maderas duraban bien menos, porque las fibras de las maderas estaban cargadas con el máximo de agua, las cuales al secarse quedaban abiertas y blandas. Las maderas se rajaban y resistían bien menos a la intemperie.
Mientras cortábamos las maderas en luna gibosa, tres días después de luna llena hacia cuarto menguante, las maderas nos duraban más y eran mucho más resistentes al deterioro, por que las maderas tenían menos agua y al secarse sus fibras quedaban bien más cerradas, resistentes al tiempo y a los insectos. por otro lado, asociado a esta práctica de las fases lunares, se sumaba el fenómeno de los cuatro meses de mayo, junio, julio y agosto, los cuales coincidían con la época de menor circulación de savia en los árboles, debido a las bajas temperaturas de final de otoño y los meses de invierno en el polo sur. época en que prácticamente todos los árboles han perdido sus hojas y su actividad fotosintética se encuentra reducida al mínimo.


INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN LA FRUTICULTURA

Dos son los criterios más comunes que predominan cuando los campesinos hablan de la influencia de la luna en los árboles frutales:

a- la luna nueva y el cuarto creciente influyen en el desarrollo vegetativo de los árboles retardando la frutificación.

b- mientras que, la luna llena y el cuarto menguante estimulan y favorecen la producción de frutos, retardando el desarrollo vegetativo en cuanto a los injertos y las podas, dado que tanto unos como otras representan un traumatismo o una herida en las plantas, las opiniones son diferentes ya que mientras unos creen en la conveniencia de realizarlos en la fase de la luna menguante para evitar al máximo la pérdida de savia, otros consideran que los efectos purificadores del plenilunio (luna llena) evitan infecciones y favorecen la cicatrización. sin embargo, señalamos que, en ese aspecto influye mucho la especie o variedad del frutal.
Cuando los árboles son pequeños y queremos que tenga un mayor desarrollo vegetativo, entonces se recomienda podarlo en luna nueva y cuando los árboles son muy vigorosos y queremos frenar su vigor para estimularlo a la frutificación, se recomienda podarlo en el plenilunio o luna llena.


INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES PARA REALIZAR LAS TAREAS DE ACODOS, INJERTOS Y CORTAR MADERA

Regularmente los campesinos ejecutan las tareas de acodos, injertos, podas y cortan madera, ya sea para sus propias construcciones o usar como leña con los beneficios de las fases lunares en el campo.
Las tareas de los acodos aéreos y los injertos, en la gran mayoría de los casos, los campesinos las ejecutan en luna llena. la tarea de las podas, los campesinos las centralizan en la fase de menguante, evitando pudriciones y obteniéndose una rápida y mejor cicatrización. no la ejecutan en luna llena porque la savia está en los brotes; en compensación, esta fase es ideal para recoger los frutos en su estado más jugoso. ya el
corte de madera para la construcción de instalaciones del propio campesino, la mejor época es la luna menguante por otro lado, muchos de los pueblos indígenas que aún sobreviven en la floresta amazónica, para la construcción de sus chozas cortan exclusivamente los bejucos y las hojas de palma en menguante.
Sin embargo, hay otros pueblos en la misma región que limitan la misma actividad solamente a seis días del ciclo lunar, los cuales comprenden los tres últimos días de la menguante y los tres primeros días del novilunio.
Sin embargo, cuando se trata de cortar leña para dejarla secar para el fogón, la mejor
luna es el primer cuarto creciente.
El bambú o la guadua como se le conoce más popularmente en Colombia, también es un cultivo de mucha utilidad y trayectoria en la construcción de viviendas y de instalaciones en el medio rural. normalmente, la tradición para que la madera de esta gramínea aguante a la intemperie y resista contra el apolillamiento, consiste en cortarla en la fase de la luna menguante, principalmente los tres últimos días de luna, prolongándose hasta los tres primeros días de luna nueva, que es la fase lunar que le sigue a la mengua. Este período de seis días, corresponden exactamente al momento donde las plantas tienen la más baja concentración de savia circulando en la parte aérea del vegetal, motivo por el cual, esta época es la más indicada para el corte de esta madera. otro hecho que se manifiesta inmediatamente de forma sincronizada con el fenómeno anterior después del corte del guadual o bambusal, es el surgimiento de la rebrota del mismo, potencializado y activado por la recirculación nuevamente de la savia en todos los tejidos, comandado, gradual y dinámicamente por la fase lunar siguiente a la luna nueva, la creciente. cuando todas las actividades del corte de las maderas se realiza fuera de esta época, duran menos y resisten menos al ataque de los insectos. Sin embargo, debido a la limitación para muchas personas, del número de días que ofrecen los meses para ser destinados al corte de madera, en función de las fases lunares; existen algunos relatos en el medio rural, donde el corte de la guadua se hace sin considerar las recomendaciones de las fases lunares, pero con la limitación de la madera, solo estar destinada a la construcción de cocinas donde exclusivamente funcionen fogones a leña. Parece que el constante flujo de humo, que a diario circula
por entre las maderas cortadas fuera de época, es un buen inmunizante para protegerlas (curarlas), al menos contra el ataque de las polillas.
El popular cultivo de la palma de chontaduro (Bactris gasipaes) como se le conoce en Colombia o como se le llama en otros países: pejibaye, pijuano o popunha, también es otra especie muy difundida en los sistemas -agroforestales tropicales, principalmente, por el aprecio comestible de sus frutos y cogollos para el consumo humano y animal y su tronco para madera. esta palma, al igual que otras especies también sufren la
influencia de las diferentes fases lunares. Por ejemplo, sus frutos serán más sabrosos, mantecosos y se cocinarán más rápidamente cuando los mismos sean cosechados especialmente entre los cuatro primeros días de luna creciente y los tres primeros días de luna llena. ya la madera para ser cultivada para las construcciones deberá ser cortada entre la mengua y los tres primeros días de luna nueva. sin embargo,
generalmente cuando se utiliza la madera de cualquier palma para la fabricación de nasas, para la pesca artesanal, la madera debe ser cortada entre luna creciente y luna llena.
Por último los cultivos para la producción de caucho comercial, también sufren la influencia de las fases lunares, por ejemplo, cuando las células laticíferas que producen el látex (que significa jugo en latín) son cortadas en la luna llena, liberan una mayor producción de caucho, debido al estímulo del flujo de presión que sufren los árboles en el lugar del corte.


INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN LA PARRA

Para obtener nuevas plantas y estacas de parra se recomienda hacer las actividades de preferencia dos días después del plenilunio, pues los cortes hechos en esa época conservan mejor la madera. por otro lado, la fase del plenilunio es contraria al crecimiento vegetativo, por lo tanto, frena el desarrollo vegetativo de las yemas a favor de una buena unión del injerto.
El cultivo definitivo de la parra se debe lograr hacerlo en cuarto creciente para obtener un mayor crecimiento vegetativo. generalmente, la norma para podar la parra es en menguante para obtener sarmientos de madera gruesa y fuertes y lograr excelentes racimos. Cuando se realizan las podas en luna creciente, los sarmientos se alargan mucho, su madera no engruesa y las uvas resultan pequeñas.
Para la renovación de las parras muy viejas, se recomienda hacer una poda cada tres años en cuarto creciente, para que predomine la vegetación y la parra se reponga dentro de sus posibilidades. las parras que se encuentran plantadas en suelos de baja fertilidad, se recomienda podarlas un año si y otro no, en cuarto creciente para incrementar su vigor.



INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN LA SIEMBRA Y EL TRANSPLANTE DE PLANTAS QUE CRECEN Y FRUTIFICAN ARRIBA DE LA TIERRA

Parece que la norma más común seguida en "épocas del pasado" era sembrar en luna creciente (entre luna nueva y luna llena), preferencialmente dos o tres días antes de luna llena todas las plantas que crecen en altura y dan frutos, como tomates, trigo, maíz, guisantes, legumbres o judías, etc. y sembrar en luna menguante (entre luna llena y luna nueva) todas las plantas que se desarrollan bajo tierra, como zanahorias, nabos, papas, remolacha, cebolla, etc.
Observación importante: todas las plantas que nacen a ras de la tierra como lechugas, acelgas, espinacas, etc. cuyo producto para el consumo sean de hojas frescas, se deberán sembrar en la fase de luna menguante, por que estas, cuando plantadas en luna creciente tienden subir a flor prematuramente, fenómeno más destacado particularmente en las lechugas. pero la regla de sembrar algunos días antes de la luna llena todas las plantas que se cultivan por su fruto o semilla, parece lo suficientemente universal para adoptarse sin vacilaciones. La razón de todo esto radica en el aprovechamiento de la luz lunar, que si bien es más débil que la del sol, penetra más profundamente en el suelo.
Las semillas y plantines que reciben más radiación lunar en la primera etapa de su vida brotan rápidamente, y desarrollan más hojas y flores. La mayor exposición a la luminosidad lunar durante la germinación, se logra sembrando en el cuarto creciente. Por el contrario, lo que se siembra en menguante pasa los primeros quince días bajo una luminosidad lunar que tiende a cero; de este modo se estimula más el desarrollo de las raíces, retardándose la floración y la frutificación.



INFLUENCIA DE LA LUNA EN LA COSECHA DE FRUTOS, HORTALIZAS, LEGUMBRES FRESCAS Y GRANOS VERDES PARA EL CONSUMO INMEDIATO

La cosecha de frutos, hortalizas, legumbres frescas y granos verdes para el consumo inmediato la podemos dividir en dos períodos:

a - período intensivo de cosecha, con aproximadamente siete días de duración, comprendidos entre luna creciente y luna llena. es el momento donde frutos, hortalizas, legumbres y granos verdes se encuentran en su estado más jugoso.

b - período extensivo de cosecha, con más o menos catorce días de duración; el cual fuera de contemplar el período anterior, considera aproximadamente los cuatro últimos días de la luna nueva (los frutos recién comienzan a ganar el máximo de jugo) y los tres primeros días de la luna gibosa después de luna llena, donde los frutos comienzan a tener menos cantidad de jugo.



INFLUENCIA DE LA LUNA PARA COSECHAR GRANOS Y CONSERVAR
ALIMENTOS

A mejor luna para cosechar y conservar granos y alimentos para que duren más tiempo en buen estado, tengan mejor sazón sean más resistentes contra el ataque de insectos y microorganismos cuando almacenados, es la fase menguante. así lo confirma el libro sobre la cultura del maíz en Guatemala, de Flavio Rojas Lima; donde los granos destinados a ser almacenados deben cosecharse cuando hay luna nueva o menguante, para evitar cualquier daño. Por otro lado, la influencia de la luna, también se manifiesta en la calidad de los productos recolectados, debido a su concentración y elevada riqueza de savia. esto lo vienen reconociendo durante décadas, principalmente los campesinos productores de café, que solo cosechan el grano preferiblemente en los primeros días del cuarto menguante, ya que la luna los ha llenado de savia al máximo durante el plenilunio, donde los granos resultan de mejor tamaño, calidad y aroma. por otro lado,
los campesinos que acostumbran a conservar carnes en seco con sal, lo hacen preferiblemente en plena luna menguante para que así sus carnes estén libres de gusanos y no se pudran.



INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES PARA EL CONTROL DE BUENAZAS

La mejor fase lunar para tratar de controlar en muchos terrenos la predominancia de las buenazas mal llamadas "malezas o invasoras" en los trópicos, es hacer su control fisicomecánico en luna menguante, donde agotadas sus reservas que se encontraban concentradas en las raíces, tardarán en recuperarse en este período. por otro lado, en climas fríos y templados se recomienda la combinación seguida de dos controles físicomecánicos. Siendo el primer control en luna creciente acompañado de un segundo control en luna menguante, para así acelerar el agotamiento de las mismas. Otra estrategia alternativa que surge para controlar las buenazas y principalmente en los trópicos, es aprovechar los efectos alelopáticos entre muchas especies de plantas, asociados a las fases lunares. por ejemplo, el fríjol bravo (Canavalia obtusifolia) es una
especie entre otras leguminosas que ejerce un fuerte poder alelopático sobre el temido coquito o coyolillo (Cyperus rotundus) cuando la misma Canavalia se incorpora como abono verde en luna menguante en los terrenos infestados con esta ciperácea; sin embargo, no debemos olvidar que cuando las mal denominadas "malezas o invasoras" aparecen o predominan en un determinado terreno, no son nada más que plantas
indicadoras (indicadores biológicos) o mensajeras que muestran o señalan prácticas agronómicas erradas cuando no son fuertes indicadoras de suelos degradados o hasta fértiles. por ejemplo, la vegetación espontánea en una determinada región o incluso en una pequeña parcela, contiene mucha información valiosa a cerca de las características físicas, químicas y biológicas del suelo que se encuentra bajo sus raíces. Un buen agrónomo debe ser un buen botánico por excelencia, donde en el campo sólo deberá
recurrir a un buen análisis de suelo en laboratorios para confirmar las conclusiones obtenidas de su propia experiencia y observación. muchas plantagináceas, poligonáceas, compuestas, leguminosas, borragináceas, solanáceas y hasta algunas gramíneas podrán ser indicadoras de suelos fértiles, mientras que, muchas ciperáceas, gramíneas, labiadas y brásicas pueden ser indicadoras de suelos modificados o deteriorados por las malas prácticas agronómicas.



INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN LA RECOLECCIÓN Y USO DE PLANTAS MEDICINALES, AROMÁTICAS Y CONDIMENTOS

La riqueza del principio activo de las plantas indicadas como medicinales, aromáticas y condimentos para el consumo humano o uso en animales, está directamente asociado:
- al lugar y tipo de suelo donde las mismas crecen y se reproducen
- con las fases lunares más adecuadas para su recolección - a la parte o las partes (hojas, flores, frutos, tallos, semillas o raíces) de la planta que se quiera usar como medicinal, aromática o condimento.

Sin embargo, es la fase del plenilunio la que actúa más directamente sobre las plantas con el efecto purificador de sus rayos lunares, enriqueciendo la savia que circula con gran intensidad, principalmente entre los tallos, las hojas, flores y frutos. Cuando existe la recomendación de hacer la recolección de alguna de estas partes de las plantas, principalmente para la preparación de macerados, la fase más indicada para hacerlos, es durante las noches de luna llena. por otro lado, cuando la recomendación es para la
utilización de la parte subterránea de la planta como raíces, tubérculos o rizomas; los últimos tres días del cuarto menguante y los cuatro primeros días de luna nueva son los días más recomendados para su recolección y preparación.



ALGUNOS CRITERIOS QUE LOS CAMPESINOS CONSIDERAN CON RESPECTO AL CULTIVO DE TUBÉRCULOS Y RIZOMAS CUANDO LOS RELACIONAN CON LA INFLUENCIA DE LAS DIFERENTES FASES LUNARES

Consultando en Latinoamérica una gran cantidad de campesinos que poseen mucha experiencia sobre los cuidados que estos disponen para los cultivos en relación con las distintas fases lunares, principalmente en la producción de tubérculos y raíces; muchos agricultores opinaron de idéntica forma y otros aparentemente opinaron de forma contraria a los primeros.
Pero en la realidad, entre estos no existe ninguna contradicción; en el fondo lo que sucede son algunos criterios diferentes, en lo relacionado con algunas prácticas o actividades que los mismos experimentan en sus parcelas. por ejemplo: para muchos productores de tubérculos y raíces, que destinan directamente la producción para el consumo inmediato de la población, la principal fase lunar que les interesa considerar
para cosecharlos, es el novilunio (tubérculos y raíces más jugosas y de mejor cocción).
Mientras que para otros productores, la principal fase lunar que les interesa para cosechar su producción es la fase entre cuarto creciente y luna llena, solo por el hecho de los tubérculos y las raíces contener menos agua y estar destinados para el almacenamiento y la producción de semillas. 
Por otro lado, hay los que son de la opinión de cosechar los tubérculos y las raíces para la producción de semillas en plena luna menguante y luna nueva debido a que los mismos concentran una mayor cantidad de
nutrientes, favoreciendo las mismas, para llevarlas nuevamente al campo. Sin embargo, hay los que son de la opinión intermedia, principalmente cuando la producción se destina para semilla, deciden que la mejor fase lunar para cosechar las raíces y los tubérculos es de acuerdo al tiempo que los mismos deben permanecer almacenados, aguardando para ser llevados nuevamente al campo. Por ejemplo, si la cosecha no tiene que esperar por mucho tiempo almacenada y se destina casi que inmediatamente para un nuevo cultivo, entonces los tubérculos y raíces serán cosechados entre menguante y luna nueva (tubérculos y raíces con más agua). por otro lado, si la cosecha de los mismos se destina para la semilla, pero tiene que esperar por mucho tiempo almacenada para ir nuevamente al campo, entonces la mejor fase para la cosecharlos es la luna llena ( tubérculos con menos agua). en la opinión de la gran mayoría de los agricultores especializados en tubérculos y raíces, una cosa es cierta: "las mejores papas y yucas para el consumo inmediato y que tienen mejor sabor, son más nutritivas, más jugosas y que demoran menos tiempo para cocinarse, son las que se cosechan entre los cuatro últimos días de menguante y los primeros tres días de luna llena". 
Finalmente, la práctica de cortarle la bellota o despuntar el racimo de la mata de plátano, es otra tarea que algunos campesinos realizan considerando las fases lunares es su platanal. Por ejemplo, cuando esa actividad es ejecutada en menguante los plátanos en el racimo tienen la posibilidad de ser más gruesos y la mata sufre menos, que cuando la misma es realizada en creciente o en luna llena. por otro lado, el mejor período para seleccionar las semillas para un nuevo cultivo está reservado para los cuatro últimos días de la menguante y los tres primeros días de luna nueva; quedando los cuatro días siguientes de la luna nueva hacia creciente, reservados para implantar inmediatamente el nuevo cultivo o llevar las semillas a las covas.



INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN LOS FENÓMENOS ALELOPÁTICOS Y REPELENTES EN LAS PLANTAS

La alelopatía, comprendida como todas las interacciones y las interferencias que se desencadenan entre plantas incluyendo los microorganismos, originadas por la liberación de sustancias químicas elaboradas por ellos a partir de tejidos, vivos o muertos y abarcando sus efectos benéficos y perjudiciales; también es afectada en mayor o menor intensidad por las distintas fases lunares. Sin embargo, en la naturaleza estos
fenómenos actúan conjuntamente con muchos otros, siendo muy difícil identificar los efectos individuales, debido a la complejidad biológica de los procesos que acontecen cuando trabajamos con suelos biológicamente multidiversificados y asociados, así como la agricultura orgánica lo recomienda.
Por otro lado, a pesar del elevado número de investigaciones, son muy pocas las que de una forma precisa consiguen resultados cuando intentan aislar o identificar realmente la causa y los efectos de cada situación que se presenta en el mundo de los vegetales en asociación con la microbiología del suelo.
Actualmente se conocen más de 30.000 productos metabólicos de origen secundaria, pero se calcula que los mismos pueden superar la cifra de cien mil. por el momento, las investigaciones se concentran en identificar en cada clase estructural los componentes principales y solamente en algunas especies con la intensión de encuadrar las sustancias alelopáticas en grupos químicos, y se destacan entre otros, cinco grupos: ácidos fenólicos, alcaloides, esteres, terpenos y flavonoides . por otro lado, una mayor o menor
producción (cantidad y calidad) de sustancias alelopáticas o repelentes entre plantas y microorganismos, son fenómenos que están también estrechamente ligados a la influencia de factores edáficos y climáticos donde las plantas se desarrollan. Sin embargo, el lugar y la calidad de síntesis de dichas sustancias en las estructuras de las plantas están directamente relacionadas con el equilibrio nutricional de las mismas.
Finalmente, las fases lunares actúan directamente en el transporte del volumen de dichas sustancias a través del dinámico movimiento de la savia y de la fotoestimulación de la luminosidad lunar en las complejas estructuras vegetales. siendo las fases del cuarto creciente y la luna llena, los momentos de mayor movimiento de sustancias alelopáticas y la mayor actividad de las sustancias repelentes, principalmente en la parte aérea de las plantas; quedando reservadas la menguante y la luna nueva, para concentrar la mayor actividad principalmente en todo el sistema radical.


(comportamiento de las plantas de acuerdo
con las fases lunares)
Ing. Agr. Jairo Restrepo Rivera.
Consultor Internacional en Agricultura
Orgánica.
jairoagroeco@telesat.com.co


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