Un suelo
fértil es rico en nutrientes.
Con el uso
permanente del suelo los nutrientes se gastan.
Para
mantener y mejorar la fertilidad del suelo y obtener cosechas sanas y
abundantes durante todo el año, tenemos que “alimentar” nuestra tierra.
Una forma
de mantener la fertilidad de la tierra es incorporándole abonos. Estos, sumados a una adecuada rotación y asociación de plantas, nos aseguran una producción continua,
es decir, la posibilidad de sembrar todo el año.
¿Qué es el abono compuesto?
El abono
compuesto es la transformación de los restos orgánicos en tierra negra y
esponjosa que será el alimento para las plantas.
Los
principales responsables de este proceso son diminutos seres vivos que viven en
el suelo llamados microorganismos.
Estos microorganismos necesitan determinadas condiciones para realizar el
proceso de descomposición:
ALIMENTO: serán todos los restos orgánicos permitidos
(ver la lista)
HUMEDAD ADECUADA: los microorganismos requieren de humedad para vivir.
AIRE: los microorganismos que nosotros necesitamos
requieren de aire para vivir.
TEMPERATURA: la temperatura ideal para realizar su trabajo
es de 25° C.
¿Qué sirve y qué no sirve para preparar el abono compuesto?
Preparación del abono compuesto
Tenemos que
realizar la abonera en un lugar
protegido. Un lugar ideal es bajo la sombra de un árbol de hojas caedizas. Así
garantizamos sombra en el verano y sol en el invierno.
Son varios
los métodos para preparar el abono compuesto. Elegiremos el más adecuado para
nuestra zona.
ABONERA DE PILA:
Apilamos
los distintos materiales en capas, intercalando restos de vegetales verdes,
restos de cocina, paja, estiércol, tierra negra y así sucesivamente.
Hay que
regar la pila para asegurar una buena cantidad de humedad y protegerla con
algún material (plástico o chapa), para evitar que las lluvias la inunden y
perjudiquen el proceso de descomposición.
Algunas
variantes para hacer el abono compuesto:
EN POZO
Éste
sistema es apto para zonas secas ya que
permite conservar mejor la humedad. Consiste en acumular los desechos en
pozos o zanjas.
No
recomendamos este método para zonas húmedas ya que el exceso de humedad “pudre”
el preparado.
EN TACHO
Necesitamos
un tacho de 200 lts., con agujeros en toda la superficie. Este sistema será
recomendable, sólo si garantizamos una adecuada aireación del material
orgánico. Para mayor comodidad, podemos asentarlo sobre ladrillos, dejando un
espacio por donde extraeremos el compuesto más adelante. Vamos tirando en él,
todos los días, los restos de cocina (yerba, cáscaras), hojas, pastos, yuyos
con raíces, etc. Cada tanto, agregamos una capa de tierra y removemos con la
horquilla para airearlo. Tapamos el tacho para que no junte agua de lluvia.
DE CORRALITO
Necesitamos
construir una superficie de corralito, donde depositaremos pastos secos y
verdes, restos de poda (menos ramas gruesas), estiércol, etc.
Como en el
anterior, conviene cubrirlo con una chapa o plástico para evitar que las lluvias
lo encharquen. Al cabo de un par de meses, se saca el contenedor de alambre y
se deja la pila de materia orgánica. A unos 3 metros se vuelve a armar el
corralito para comenzar una nueva abonera.
¿Cuándo está listo para usar?
En verano,
el abono estará listo para ser usado al cabo de tres meses. En invierno, en
cambio, demorará unos meses más (cinco o seis). Podemos ir revisándolo. El
abono orgánico estará “maduro” cuando ya no nos sea posible distinguir los
residuos que le habíamos incorporado, es decir, cuando esté lo suficientemente
desintegrado y tenga un aspecto de tierra negra y esponjosa.
Si lo
olemos, tendrá buen olor, a tierra fértil.
Algunos problemas en la abonera y cómo resolverlos
Separación del abono
Se separa
el abono con una horquilla o con una zaranda de 1 cm. De malla. Obtendremos así
3 tipos de materiales:
-Uno más
grueso,formado por el material aún no descompuesto. Con éste iniciaremos una nueva
abonera.
-Otro
mediano, que no atraviesa la zaranda. Lo usaremos como capa protectora del
suelo y entre las plantas. A ese le llamaremos “mantillo” o “abono de
superficie” que, además de funcionar coo abono, evitará que crezcan yuyos y que
la tierra se reseque.
-Al
material más fino y grumoso lo podemos usar como capa superficial de los
almácigos y en los tablones (ya sea colocándolo en los surcos de la siembra
directa, o en los hoyos al hacer los transplantes).
Lombricompuesto (abono de lombriz)
El
lombricompuesto es un abono natural muy rico en nutrientes y lo obtenemos con
la ayuda de la lombriz roja californiana. Esta lombriz se alimenta de restos
orgánicos bien húmedos y en descomposición. El producto de su digestión es lo
que llamamos lombricompuesto y podemos utilizarlo para enriquecer los canteros
y almácigos de nuestra huerta.
Las
lombrices se alimentan de restos de verduras, guano (de conejo, aves, ovejas,
vaca, caballo, chancho, etc), restos de comida, pasto y cartón.
¿Qué diferencia hay con la abonera de la
huerta?
Es un
producto más rico en nutrentes y con la ayuda de las lombrices, se descompone
más rápidamente que el de la abonera. Mejora el suelo y la salud de nuestras
plantas.
¿Cómo lo preparamos?
Elegiremos
un lugar alto, con buen drenaje y bajo una media sombra. Disponemos los restos
orgánicos formando una pila que no exceda los 40 cm de altura. El ancho ideal
será de un brazo (60 a 80 cm).
Mezclamos y
humedecemos bien. Se elevará la temperatura como parte del proceso. Una vez que
la pila se enfrió, colocamos un núcleo de lombrices rojas, luego tapamos con
pasto seco.
El lombricompuesto estará listo en un
período de 3 a 9 meses, dependiendo de la cantidad de lombrices que
incorporemos en la pila.
Para cosechar
nuestro abono, dejamos de alimentar a las lombrices, regamos la pila y armamos
otra con alimento y humedad adecuada lo más cerca posible. Al cabo de unos
días, las lombrices se habrán mudado a su nuevo hogar y podremos cosechar.
Fuente: La Huerta Orgánica. Cartilla Pro-Huerta. INTA
Coordinado por Roberto Cittadini
3ra Edición. Buenos Aires: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
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